La Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, expresó su preocupación por la gravedad de la crisis en Venezuela y las insuficientes medidas adoptadas por la gestión de Nicolás Maduro para atender las necesidades de la población, entre ellas, salud, alimentación y servicios básicos.
«Estoy fundamente preocupada por la magnitud y la gravedad del impacto de la crisis actual en los Derechos Humanos, que también es un factor desestabilizador preocupante en la región», expresó la funcionaria durante su discurso en la ONU.
Precisó que los derechos económicos y sociales se han ido deteriorando dramáticamente desde junio de 2018, cuando presentaron el último informe sobre Venezuela. Sin embargo, alertó que las recientes medidas contra el país empeoren la situación.
Entre los principales males, resaltó el deterioro de los servicios (gas, agua, electricidad, transporte) y la hiperinflación como los detonantes de las protestas, siendo los niños, embarazadas, adultos mayores y pueblos indígenas los más afectados.
«El alcance y la gravedad de la crisis en los alimentos, atención médica y servicios básicos no han sido plenamente reconocidos por las autoridades por lo que las medidas que han adoptado son insuficientes», expresó.
Recordó que el apagón eléctrico que sufrió recientemente Venezuela, evidenció aún más la crisis en cuanto al acceso a alimentos, agua y medicamentos, sin que hasta la fecha, a más de una semana de la situación, «aún no se conoce la magnitud del daño, el número de víctimas directas».
Bachelet calificó como un primer paso positivo la presencia actual de un equipo técnico del organismo multilateral en Venezuela. Al tiempo que exhortó a que se respete el derecho al acceso a la información, sin que implique obstáculos ni represalias para quienes participen en las conversaciones.